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Manejo de enfermedades y atención preventiva
Todo mundo puede enfermarse por el calor excesivo. Si piensa que usted “está acostumbrado” a los veranos muy calurosos y húmedos, piénselo de nuevo. Normalmente, el organismo hace un buen trabajo para refrescarse a sí mismo cuando pierde calor mediante la piel o la evaporación del sudor. Las enfermedades relacionadas con el calor pueden ser desde fuertes calambres musculares en los brazos, las piernas y el estómago hasta la emergencia que es la insolación.
La insolación es la combinación fatal de una alta temperatura corporal con síntomas neurológicos. A algunas personas primero les da el agotamiento por calor. Esto es cuando el organismo ya no puede seguir manteniéndose fresco. La persona sufre de náuseas, vómito, fatiga y mareo. Otras personas progresan directamente a la insolación. El organismo deja de sudar y la piel se seca y ruboriza. La temperatura corporal puede llegar a más de 104 grados y la persona sufre confusión y agitación. Pueden presentarse desmayo, convulsiones y la muerte.
Dos cosas muy importantes:
Cualquier persona puede sufrir una insolación, pero son varias las cosas que pueden hacerle correr peligro:
¡Tome el calor seriamente! Beba bastante agua. Intente pasar por lo menos 2 horas en interiores con aire acondicionado en los días calurosos. Si no tiene aire acondicionado, vaya a un centro comercial, una biblioteca o a la casa de alguna amistad. Intente usar ropa de algodón de colores claros, pues estas telas son más frescas que las oscuras. Un sombrero bloqueará el sol.